Lo que hoy se conoce como
folclor Vallenato nació en las sabanas, caminos y pueblos perdidos de la Costa
Norte de Colombia.
Su difusión se le debe en
sus principios a los moradores de la región, que aún sin tener una preparación
académica de acordeón, aprendieron a amansarlo para acompañar a los
instrumentos de percusión que ya dominaban, y que les servía de fondo y de
acompañantes para exteriorizar todos los demonios que tenían dentro en forma
cantada, para entregar un recado, para dar una mala noticia o confesar sus
amores.
Dagoberto Puello afirma en
su Historia del vallenato que “con muy contadas excepciones, aprendieron a
tocar (interpretar) el acordeón, pese a desconocer en absoluto las notas del
pentagrama musical. Su aprendizaje se hacía por "oído" y practicaban
a diario, bien en el cambuche (Rancho) de su huerta (también la llaman rosa) o
en el extenso patio de la casa en los pueblos”.
Francisco "El
Hombre", cuyo verdadero nombre era Francisco Moscote, era un “mensajero”
que hacía la ruta entre los pueblos de las sabanas del Cesar y La Guajira a
lomo de burro, llevando las noticias y recados al pueblo donde llegaba, que le
entregaban en el pueblo que acababa de visitar. Llegaba al centro del pueblo,
en la plaza, y comenzaba a tocar su acordeón y a cantar las noticias y las
“razones” que le interesaban a la gente que al escuchar las notas del acordeón
de Moscote, salían corriendo para la plaza a ver si las noticias cantadas
traían alguna esperanza de algún familiar del que no tenían noticias.
Cuenta la tradición que en
una de su corredurías, Francisco Moscote se encontró en el camino con el
mismísimo Diablo, quien lo retó a tocar el acordeón, a ver cual de los dos lo
hacía mejor, la leyenda dice que Moscote le ganó al Diablo tocándole el “Credo”
al revés, y como la contienda fue debajo de una palmera, ésta quedó chamuscada
cuando el Diablo se fue vencido y mal geniado. Debido a todo lo anterior, se
asigna a Francisco Moscote como el precursor de la música vallenata.
El acordeón encontró buena
acogida en las clases populares donde se convirtió en pieza fundamental para
las parrandas. Naciendo entonces ritmos que el pueblo bailaba acompañados por
la música de acordeón, como el chandé, el pajarito, la colita y otros más.
Otros ritmos que en las sabanas de Bolívar y Sucre se interpretaron con este
instrumento sonoro, fueron El porro y la Cumbia.
Las canciones que se
escuchaban en esa época, eran interpretadas con guitarras, y maracas. Tal vez
parodiando a las grandes agrupaciones musicales de las Antillas, que eran
aceptadas a gran escala en todas las clases sociales. Pero cuando el acordeón
entró a reemplazar a la guitarra o a acompañarla, se consiguió una tonalidad
musical que fue aceptada por un grueso número de pobladores.
Las agrupaciones que nacían
se caracterizaban porque el acordeonero era el mismo cantante y se hacía
acompañar de una caja y una guacharaca. La primera que es un tambor pequeño con
cuerpo de madera tallado en su interior y con un parche que para entonces era
de cuero, primordialmente de "Cuero é Chivo"; algunos cajeros
utilizaron Cuero de Perro, siempre buscando una mejor sonoridad. Hoy en día La
Caja posee un cuerpo bien moldeado y su parche es especial, se utiliza el
plástico. La guacharaca se hace de una mata (arbusto) que se conoce con el
nombre de "lata de púas". Se corta un trozo de unos treinta a cuarenta
centímetros y se le saca el centro del tallo que es blando, quedando como una
canal. En su "lomo" se tallan varias ranuras, que al ser frotadas con
un trinche especial de metal, produce su sonido característico. En la
actualidad ha sido reemplazado por los de metal, siempre buscando un mejor
sonido, pero en el Festival Vallenato se exige el de madera. Su nombre proviene
de un ave que en la Costa Atlántica, canta en las serranías y que es "ave
de buen agüero" para los campesinos, su canto se asemeja un poco al sonido
de ésta. Es el único instrumento autóctono con que cuenta la música de
acordeón, ya que los otros son foráneos: El acordeón es de origen Alemán y la
caja de origen Africano.
La historia narra que cuando
la plena bonanza de la Zona Bananera en el Departamento (provincia) de
Magdalena, allí se reunían los jornaleros de todas la regiones a trabajar con
la Compañía Frutera de Sevilla como cortadores, labradores y transportadores
del banano de exportación. En los campamentos nacían nuevas amistades, la
primera pregunta que le hacía a quien se acababa de conocer era: “y usted de
donde es compa”..?. La respuesta era de acuerdo a la región de procedencia. Yo
soy Bolivarense, yo soy Guajiro… Yo soy nato del valle...Esta última era
utilizada por los oriundos de Valledupar, quienes querían decir que eran
nativos del Valle. La descomposición de esta frase dio origen al término
"VALLENATO", que luego fue adaptado a la música de acordeón de
aquella región. Empezaron algunos conjuntos a utilizar el término. Pero el
termino Vallenato también era despectivo. Se les aplicaba a aquellas personas
que tenían manchas blancas en su piel (vitiligo) y se consideraba una
enfermedad de la clase baja.
Uno de los escenarios donde
empezó a codearse el vallenato con la música que escuchaba y bailaba la
burguesía -valses, mazurcas, canciones napolitanas- fue en el de las colitas.
Era este el nombre que recibían las «colas» o finales de fiesta de la clase
adinerada: bodas, bautizos, cumpleaños, festejos religiosos... Durante el
sarao, mientras los señores se divertían con la música europea que interpretaba
una precaria orquesta provinciana.
Algunos investigadores, como
el expresidente López Michelsen, afirman que estos remates de fiesta fueron el
pabellón de maternidad del vallenato, pues combinaron ritmos europeos y
nativos: entre ambos dieron a luz los aires vallenatos. “Las colitas son el
ancestro directo del vallenato moderno”, afirma el expresidente colombiano.
HISTORIA
DEL ACORDEÓN EN EL FOLCLOR VALLENATO
Del Akordion Tornillo e'
Máquina al acordeón 5 Letras
(Por Alberto
"Beto" Murgas para la revista del XXIX Festival Vallenato)
El acordeón es un
instrumento de viento, portátil, de música popular, compuesto por un sistema de
lengüetas metálicas, puestas en vibración por un fuelle insuflador de aire, que
se acciona entre los brazos y dos teclados: uno para la melodía (mano derecha)
y otro para los acordes fundamentales, acordes de séptima y baja (mano
izquierda).
Fue inventado en Alemania en
el año 1829 por el austríaco Kiril Damian y perfeccionado por el francés
Buffet. Tuvo mucha acogida en los países del centro de Europa, especialmente en
Francia e Italia a mediados del mismo siglo, este último país fue el que más lo
comercializó.
Inicialmente fue considerado
el compañero inseparable de marinos y campesinos del viejo mundo. Este
instrumento asoma al Valle de Upar en las últimas dos décadas del siglo XIX. En
los primeros
veinte años del presente
siglo fueron promocionados y comercializados dos tipos de acordeones: el
germánico (Tornillo e'Máquina) que tiene dos teclas de bajo cuchara y una o dos
filas de botones al lado derecho, y el tipo italiano o vienés (el Espejito) con
cuatro botones de bajo y una o dos filas de botones al lado derecho. Del año
1936 en adelante comienzan a llegar los Morunos, Guacamayos, Club tercero y sus
congéneres. Al promediar los años cincuenta aparece el G C F y A D G y en los
sesenta comienza a reinar el Cinco Letras con suséquito de técnicos de
acordeones que han obtenido de la musicalidad de estas, variables maravillosas.
Llegó sin ningún
propósito, pero hay un dicho popular que dice: "Al que le van a darle
guardan", así de sencillo, encontró una estructura musical formada durante
muchos siglos producto de la trietnicidad, y su asentamiento le permitió
liderar la unidad musical de los tres continentes y convertirse en el
instrumento alma y vida de un pueblo. Fue acogida con afecto. Ayudaron para que
reemplazara al carrizo, gaita, o flauta, como se le denominara a este aerófono
compañero de la caja y la guacharaca en otros tiempos, los siguientes juglares:
José León Carrillo, Luis Pitre, Sebastián Guerra, Rosendo Romero Villarreal,
Efraín Hernández, Santander Martínez, Pedro Nolasco, Andrés Montufar y
Francisco El Hombre, entre otros. A cada uno como le fue llegando lo fue
cogiendo, le fue sacando y lo fue tocando